lunes, 20 de septiembre de 2010

No me dejen solo.

Es que a veces tengo miedo. Miedo a estar solo. También me llama la atención que mirando, en retrospectiva, lo que más deleite me da y me hace sentir feliz (exista o no la felicidad) es enfrentar y conquistar mis miedos. Tengo miedo al rechazo. Si… que novedad - ¡Qué original! – Tengo miedo, sobre todo, a parecer insulso, poco interesante. ¿Me interesa interesar? Qué se yo. La verdad es que cuando me prestan mucha atención me hincha bastante las pelotas. No me gusta que me anden llevando a cuestas. Bueno, capaz un poco. O sea, “onda-tipo”, un equilibrio. “Te da y te quita”. ¿Y el instinto? ¿Cuándo carajo le voy a hacer caso? Me recontra rompe los huevos la gente que vive de apariencias, pero me rompe las bolas sólo porque son reflejo de mis actitudes. Sí, somos todos distintos, y eso nos iguala. Más allá del “gusto”. ¡Qué palabra! ¡Qué concepto de mierda! “El gusto”. Como si el gusto reflejara algo de individualidad, de originalidad… Huevadas. Nada más identificatorio que un “gusto”. Tiene lugar y referencia total en “lo otro”. No hay generación más allá del sentimiento de empatía. ¿Y? ¿En qué quedamos? Me gustó tanta gente… ¿Qué hice? Nada. ¿Qué voy a hacer?... Otra vez la expectativa mató el presente. Bueno… ¡¿Y entonces?!: Aprende de los ¿errores?, seguí tu instinto, jugate, no vayas con expectativas, se incondicional y “bli bla blu. Me entendes?”. La verdad que tengo los huevos por el piso con este existencialismo del orto. Ya me aburre. A veces me quiero tanto y otras me aburro, me autoaburro. Porque esa es fácil: “Me aburro”. Pegate un tiro, gil. ¿Qué te aburre? Los demás, o sea, yo. ¿Cómo mierda matas la expectativa? En realidad yo la quiero abortar. Que fácil rendirse ante la cara bonita. Fritz te lo advirtió mil veces: “seducción”. ¡Qué Forrada! Váyanse todos a la puta que los parió. ¡Pero no me dejen solo! Yo me ato los cordones y en un rato los alcanzo. Me divierte verlos de lejos. Es como masturbarse. Me satisface. Pero después de escuchar sus historias, porque me “gustan”. Me hacen acordar de cosas, me siento identificado, y me dan ganas de hacerlas (aunque no se si las haría. Algunas… me dan miedo).

3 comentarios:

  1. no se como mierda hiciste pero penetraste en mi cabeza y sacaste mucho de lo que siento. que facilidad para poner en palabras tanta ensalada de sentimientos y sensaciones ...

    ResponderEliminar
  2. La vida mesma, el tedio es tentador cuando se describen ciertas cosas. Aceptar lo insoportable lo vuelve mas pintoresco? Creo que a lo sumo le da cierto encanto, como cuando le pones a unas galletas granix queso roquefort o se hace una chori croisant...

    ResponderEliminar
  3. AJAJAJAJJAAJJ me entendiste gran parte del asunto!

    ResponderEliminar