¿Por qué? A mí la verdad que me parece bastante forro el “Qué hacés? Cómo andás?”. Aparte de pesado. Que gil. Igual… me re coparía recibir uno, eh. Llamar tu atención. Que me extrañes. Que tengas las mismas ganas que yo de verte. Y ahora trato de forzar mi expresividad para calmar la necesidad de escribirte. Maaaaa sí!!! No te escribo. Andate a la puta madre que te parió. Lo más cómico que cuando a mi me escriben esas palabras respondo por compromiso. JAJAJAJAJA. Que feo eso. “La histeria es una autopista a la pelotudes”. Que grande Capusotto. Y que pelotudo yo!
Y entonces otra vez: miedo a estar solo… ya se torna medio monotemático esto. Y mirá que caigo y me levanto. Me lleno la boca hablando de no tener miedo. Pañales tendría que usar. Querer compartir: ¿Es tener miedo? Querer conocer a alguien, digo… CONOCERLO. Saber quién es de verdad. (¿?) Lleva tiempo… y en estas épocas de instantaneidad… ¿Querer garchar a lo loco? Si, sí. Ya sé que puedo hacer todo eso… pero… ¿Si quiero hacerlo con vos? AAAAAHHHH ahí está lo cosa… ahora al que le da miedo es a vos… y mirá que ya te dije que te metas el anillo en el orto. “Yo no quiero compromisos”. Chupala. ¿Yo lo quiero? No. La verdad que no. Yo quiero amar!!!! ¿Cuántas veces más tengo que decirlo? Mejor hacerlo.
Somos bastante pelotudos. Nos la pasamos pidiendo amar y queriendo ser amados. Ahora… a la primera que viene salimos corriendo mirando para todos lados con cara de boludos, tipo onda, “no entiendo nada”.
Y bue… che… estuvo re bueno la verdad. El sexo fue una garcha… pero fue todo lo otro y todo lo que quedó, lo genial. Lo copado. Hey… siempre me enamoro de lo que me hace sentir inseguro. Ya estoy para el psiquiátrico. Soy más peligroso para mi mismo que mono con navaja o peronista con poder, o liberal con plata, o comunista con proletariado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario