jueves, 26 de mayo de 2011

Flashes cannabicos

Mi razón solo me dice que estoy loco.

_ (Reirse) hace bien... lo vi en Patch Adams.
_ ¡¿Y qué tiene que ver?!
_ No sé... era médico...

Ponele que me quiero buscar un conflicto. Ponele que me quiero inspirar. Ponele que estoy al pedo... o en procrastinación pero no encuentro con qué distraerme. Ponele...a todo... después vemos.

Es que no somos pasionarios, entonces cuando queremos serlo y le ponemos pasión a algo nos sale para el orto.

Bueno... que nos bañe en "yogurt" y se vaya... por lo menos... ¡Aunque sea!

Es que a veces me pongo melancólico. Pero la realidad es que vivo confundido todo el tiempo. Me esclavizo en el "debería ser". Y no hay droga que me evada.

Mi accionar confuso es un karma...

Es que la gente no entiende que se trata de compartir una experiencia, y enseguida quiere poseer. Y de ahí parten muchas neurosis e histerias que terminan aniquilando lo único que importa: el presente. Eso "del momento".

Cumpleaños

"dicen que hubo una fiesta paralela anoche..." RV... Funes... algún día allá (acá) por 2011.

Una fiesta no es un momento: es un proceso. Una neurosis. Desde lo individual a lo colectivo. Primero surge. Hay que organizarla. Esforzarse para, supuestamente, divertirse luego. Una fiesta siempre tiene una finalidad. Una fiesta siempre conlleva alguna duda: qué llevas para tomar, quién va, quién no va, qué música te pasa el dj, dónde es... Después llega "el momento" en sí. Después de neurotizarte dos semanas con qué podía pasar... qué no... Llegas y al principio caes en que toda expectativa es al pedo. La fiesta es la excusa para desplegar el plan de fiesta individual. Empieza el primer trago... para "ponerle onda"... para "aflojar". Ponerse a tono... como una orquesta. Después el yire. A ver quien hay. Después la complicidad con tus amigos. Otro trago (o unos cuantos). Miradas, chistes. Esos puntos suspensivos en un mensaje de texto... Una mirada cómplice seguida de una sonrisa que delata la malicia en el pensamiento. El lugar de la duda. Más tragos. Acá deviene ese instante duradero, que nos trae a este punto. O sea... al día después (o un par de días después). Porque tenés una laguna etílica en el marote y no te acordás un carajo lo que hiciste, dijiste, curtiste. O te acordás y te haces el boludo. O te parece que fue un sueño. Sabés que la pasaste bien.

domingo, 15 de mayo de 2011

POST Trip

Una alarma sonando. Corre la primera lágrima alimentada por el recuerdo de lo que fue. 3 años... más... menos... Cosas. Muchas cosas. Cerrar la puerta. Tener ese gusto amargo de las despedidas que nunca terminan. De que la meta se aleja todos los días dos pasos mientras yo trato de avanzar de a uno. - "Tiene que cuidarse de los que le tienen envidia" - y fluyen. Post trip... El ruido del quemador calentando una sopa recién sacada del freezer. Y ese olor de que todo se está desintegrando. De un big bang. Ya no suena la alarma. Cada vez cuesta más ponerse triste y puedo ver todos los colores menos el mío. ¿Será por eso tanto blanco y negro últimamente?...

domingo, 17 de abril de 2011

Disfragia (disgrafía: http://es.wikipedia.org/wiki/Dislexia)


Y no lo valoro como el momento íntimo. Porque ya no significa más que una conquista. Sentirse deseado... Sentir que no cumplís el deseo. Sentir que defraudás. Que otro se desafrouda de su idea de vos. Defrauda. Ya me dio dislexia. No sólo de lápiz y papel. Dislexia de emociones. Dislexia emocional.

miércoles, 13 de abril de 2011

Flashes (número incierto)

La perfección siempre acarrea un defecto: es heterosexual.

Un bello pubis/vello púbico tira más que una F-100.

lunes, 4 de abril de 2011

¿Porqué me estoy muriendo?

Todo lo que comemos muere.
Si somos lo que comemos, comemos muerte. Todos los días ingerimos la conciencia de muerte. Cada bocado que entra es un paso hacia el final, falsa ilusión de crecimiento y construcción. Crecimiento y construcción necesaria para el colapso final. Ahora entiendo la importancia del ayuno. Y como todo... te da y te quita. Equilibrio. Transformación.

Preocuparse

Preocuparte te hace creer que tenés derecho a juzgar en qué se ocupan o no los demás; qué hacen o dejan de hacer. Si te preocupa, ocupate. Si te ocuparas sabrías de que se trata, tu juicio seguramente cambiaría, y tendrías alguna que otra autoridad para, sobre todo, juzgarte a vos mismo, y de última a los demás. Aunque, seguramente, si te ocuparas en serio, no te quedaría tiempo para juzgar a nadie... mucho menos para preocuparte.